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martes, 12 de febrero de 2008

corte de conexión





En quirófano, operación a corazón abierto,
en una época en que no se cuenta el tiempo



Mi Bienquerido Desertor,

tras tu aparente llamada de auxilio, de repente, he envejecido de mil siglos...

he vuelto a una vida pasada en la que no me pertenezco, en la que vivo vagabunda del encuentro amoroso, he vuelto a ser la matusalén de triste sonrisa perpetua que está destinada a vagar sin la media naranja que los dioses destinaron para ella y que debe encontrar en alguna de sus muchas vidas de gata claroscura

durante la conversación me susurrabas sonrojecido: ha sido un malentendido, ha sido un malentendido... te has hecho chico... podía sentir como tu corazón se encogía... el mío, a gritos, sangraba y palpitaba al teléfono su síncope; al mismo tiempo, se le desplomaba el sueño en el suelo del sótano del maldito diablo que ha permitido que me confesaras tu actual imposibilidad de que tu amor se encuentre con el mío... y del golpe, se cortó la conexión...


mi síncope dura... a años luz, la que te escribe este e-mail no soy yo, sino su fantasma errando por desconocidos canales y sin tierra corpórea a la que anclarse... mi cuerpo se ha enterrado en la distancia de tu voz, hallado la sepultura perfecta, el frío necesario para embalsamarse y esperar otros mil siglos a que aparezca la posibilidad de que tu réproba y larvada cobardía mute... en luz y coraje, para amar todos los angostos ángulos de la imperfecta foto sin vistas que es nuestra despareja existencia

en quirófano, te has extirpado el amor de por vida? cortado las alas de la volátil alegría?
por qué esta condena de eterna sala de espera?

Tu Siempre Malquerida...

*

jueves, 3 de enero de 2008

La llave

... de la Venus de Puertas Abiertas

nuevo período/
baja/
y no bajó/
la moral/
nuevo período/
escribo/
d-e-l-e-t-r-e-o/
si hace/

falta a.../

c
u
e
n
t
a
g
o
t
a
s
/
mi nuevo ciclo/
y... a mis en-DOLOR-idos/
ver-S.O.S. antiguos/
los cierro con llave de oro/
en el libro del Nunca Más/
N U E V O P E R Í O D O
que me abre más y más
la sanación:

PUERTA
a mis ancestrales sueños
y endulzados desvaríos



Mi valle de Venus ya no es sólo un cubículo donde depositar mi rojos versos caídos...
La nueva Venus gime un deseo de primavera en medio del invierno y está brotando del vértigo de la pendiente del versátil verso y del interminable horizonte de ondulada prosa... rebrota con el erecto poema y la prosaica proyección de éste mi estado de estar en la otra punta del planeta, en las antípodas de todo, de mí, del sí... del contrariado no... de todo lo conocido y en realidad... de nada, gracias... por abrirte, de par en par y con escalera hacia el cielo, puerta a la nueva dimensión de mi novel y cotidiano brote de la flor del Amormío*.
* Fuente 1, R.A.E. Amormío: 1. m. Planta perenne, (...) de unos 40 cm de altura, con flores blancas (...).
* Fuente 2, QLAROSCURA. Amormío: 1. f. La llave y la puerta: la aceptación llana y lozana del oráculo de mi sino.

domingo, 18 de noviembre de 2007

mina de hielo

ansiedad de no verte me recorres el vientre a gélidos golpes de martinete (enamorado de un cuerpo esculpido en sueños) y aquí está el pajarillo loco, dale que te dale con su pico abriéndome un pozo de suspiros en el ombligo y salpicando un río de largos escalofríos que suspiran vientos en eco bajo mis alas: qué días sin noches ni sonrisas pintadas en mi piel difuminada por los aires de tu presencia en mi cueva agujereada por recuerdos: suspiros aullando a los fantasmas de antaño, aquél de que me amaste por el tiempo de un momento onírico y parisino, un pretérito soplo en mis velados vuelos que deja su poso, cava el pozo y abona la infértil telaraña de mi sagrado sexo: imposible colmarlo de paz, rebosa la mina de hielo

viernes, 10 de agosto de 2007

cordón umbilical en bocal oriental

Camboya, en el día de la madre

querido amor de madre en quirófano,


aquí, en las antípodas de Occidente, mi soplo inocente de corazón me dicta tus heredadas contradicciones a bocajarro, te reza en los perpetuos cementerios de Phom Penh y, en sus campos de concentración, entre las tumbas de cada rincón de esta ciudad asesinada, me late tu arritmia de amor... y al toque de queda quedo con tu alma para quedarme pedacito de tu carne en mi carne y yo en la tuya y nunca más estar solas por muy lejos que vague mi desterrado cuerpo del tuyo, pues lanzo eterna la flecha de Cupido y te alcanza siempre las entrañas y te libera del desamor del sempiterno abandono de hija, del imperecedero miedo a mi mayoría de edad, del sin sentido de amar las cadenas del lado oscuro de tu sincopada pasión guerrera = ser, hecha pedazos, amor enfermero de nuestros propios ataques al frágil corazón...
así, en el barbárico epicentro de Oriente, te ofrendo en formol la dulce soga con la que ahorcar tu obsesivo apego...

*