La batalla de la poeta

Hoy la guerrera ha caído enferma,
guarda literal cama y sana la dolencia
de sus retóricos sueños entre tiznadas sábanas.

Hoy arrastra su corazón por el seco desierto
de esta página en busca de la rima ribera
que sacie su febril sangre de ávida poeta.

Hoy la enferma se ha quedado
sin nombre, sin ejército de palabras
guerrilleras para su feraz poema.

Hoy, con herida de arritmias,
se ha pospuesto la batalla
de la versátil rima con querella.

Hoy la lírica ya no tiene fuerzas para soñar,
duerme su ars poetica con la errante nana
de los mutilados versos sin tierra y erra,
sin experiencia, el tiro en el blanco de su inocencia...

Hoy se entierra entre papeles revueltos
una rapsoda con sus imperecederas quimeras...
Hoy, hoy, hoy... mañana tal vez despierta...

Esquela del pecho (o la cicatriz de la promesa incumplida)

El pecho ya no quiere palpitar versos de sangre ni besos de tinta para su sangriento guión de marioneta de sombras chinas. El pecho sólo aúlla noche sin luna y monótono poema sin rima ni trina. El pecho sin techo y sin cinta que atar a la pechera de la vida clama incomprendida paz y reposo en el poso de su eterna noche vencida. El pecho... ya no puede sacar más que la insulsa rima de: de lo dicho a lo hecho hay trecho y un pecho deshecho… hecho trizas...